domingo, 30 de noviembre de 2014

''Ella brilla solo en tus ojos. Los míos, aunque ahora rojos, claros como manantiales.
Ella se acostará en la huida, yo lo haré siempre a tu lado. 
Ella despistará tus dudas con terciopelo espinado, y, cuando llegue el final de su verano: ansioso, febril y bisiesto de Madrid, yo seré septiembre imprudente que todo lo barre, la que abrace el último rayo del agosto que ya no respira.
Seré tu luna nueva, y quiero serlo.
Lo seré de todas formas, pero aún nos queda verano, donde la luna y las noches todavía son muy cortas
''

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Fénix

Tus pasos han dejado de sonar en mi cabeza.
Ya te has ido, ya te has consumido.
Entre ruido y silencios, entre verdades y ganas de negar la evidencia.
Siempre me gustaron los imposibles, tu respiración cerca del cuello y el muro de tus esmeraldas.
Ahora es como si mi presente se desperdigara en pequeñas motas de polvo, como si me hubieran arrebatado de un plumazo los últimos meses.
Ya casi había olvidado esta sensación..
Escribo para adentro, donde guardo mis cenizas, donde todo sabe a niebla.
Necesito motivos para levantarme mañana, para apreciar cada rayo de sol, esos que hoy siento a años luz.
Y es que hoy estás lejos, noto el frío en mis manos, las ideas de que ya no será nada como antes que vagan por mi cabeza a cada rato. Retrocedí a diciembre.
Ya ni tú me salvas.

viernes, 21 de noviembre de 2014

Abril

Si me quedasen veinte horas de vida, ¿qué haría?
Probablemente empezaría por buscarte, para así, sin decirte nada, decirte todo.
Decirte que conocerte se convirtió en lo más bonito que me había pasado en la vida, y que por muy típico que suene, cada momento a tu lado tiene algo que lo hace nuestro.
Para mí la vida se basa en eso. En recuerdos que nos hacen crecer como personas, en momentos con gente por la que no te importaría ir al infierno si con eso pasas media hora más a su lado.
Si me quedasen 19 horas y 30 minutos de vida, y ya estuvieras sentado a mi vera, te diría que de las pocas cosas que he aprendido en la vida, es a amar.
Aprendí a amar en el momento en el que giré mi cabeza y estabas tú detrás, con unos cascos de música y mirando al suelo.
En ese momento pensé que serías el típico tonto del grupo que se pasa el día haciendo el cafre. Y en cierto modo no me equivocaba.
De lo que no tenía ni idea era de que ese chico bohemio pasaría a ser mi reloj y mis dedos. No tenía ni idea de lo cálidas que pueden ser las tardes si las paso viendo cómo se mete conmigo mientras me sujeta del brazo para que no me vaya. Que puede que la magia de esto esté en que solo sea nuestro.
Si me quedasen 19 horas de vida, besaría esos dedos que tantas veces me hicieron cerrar los ojos.
Y con el resto de horas no sé muy bien que haría. Me gusta pensar que agradecería persona a persona cada palabra y cada gesto, que besaría los pies de mi madre y de mi abuela, y que abrazaría a mi padre hasta dejar de sentir los brazos.
Aparcando el tema y volviendo un poco a la realidad, admitiré que hay pocas cosas que me enorgullezcan, pero sin duda, una de ellas es poder mirarte y pensar que he pasado días y días contigo, que he gritado tu nombre hasta perder la garganta, y te quiero hasta el punto de pensar que todavía vale la pena seguir con esto, y que como tú me entiendes, lo demás no tiene ningún significado.
Si me quedasen doce minutos de vida, pediría muchos unos o veintes de noviembre.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

A las diez de la mañana, en el confín del planeta

+¿No es romántico? Casarte en un hotel hundido, en Singapur. Con un cura resucitado y con tus dos hijas de testigos.. Así yo sí que digo un para siempre..
- Hombre no sé, a mí los para siempre se me han hecho un poco grande de toda la vida, ¿sabes?
+ O sea que.. tu y yo no vamos a estar juntos para toda la vida, vamos a estar.. ahora, así, un ratito.
- Vamos a ver.. ¿de qué estamos hablando?.. ¿qué quieres?, ¿que te firme un justificante o que ponga la alarma del móvil?
+ Pues yo soy más de promesas de amor eterno, ¿sabes?
- Mira.. de todas las mujeres que hay en este planeta, estoy enamorado de ti y no quiero que acabe nunca. Pero.. no me gusta ni los anillos, ni los para siempre.. es absurdo..
+Que no hombre que no, que no son absurdo, a mi me parece súper bonito.. Tener planes, hacerlos.. creer que no tienes secretos con tu pareja.. porque yo siento que te quiero para toda la vida y me gusta decírtelo
- Y a mi.. a las diez de la mañana en el confín del planeta.. pero resulta que soy un niño abandonado, mi madre se murió joven y los para siempre de mi vida me han durado media hora y no sé ni podré hacerte las promesas esas que tú quieres..
(Bajándose ella los tirantes de su vestido color coral)
+ Vaya.. bueno.. pues.. pues no sé entonces.. lo que me estás diciendo es.. pues no sé.. que seamos.. amigos. Así, sin compromiso, ¿no? Bueno.. pues.. disculpa.. perdona un momento, eh
- Oye.. ven aquí..
+ ¿Qué?
-Hombre si.. si eso significa que vas a seguir afeitándome todas las mañanas..
+ Ahá.. 
- .. Y que vamos a seguir estando juntos cada noche..
+ Eso también..
 - Sí quiero..


domingo, 16 de noviembre de 2014

24/7

Yo solía mirarle cuando sabía que no lo advertía.
Solía buscar su forma de caminar entre las piernas de la gente y reservar el último pensamiento del día para su pequeña naricilla.
Solía pensar en que todo esto que somos ahora es lo que muchos desearían tener, que a veces, un secreto puede ser la mayor de las verdades, y que la perfecta melodía jamás escrita reposaría por los restos entre las yemas de sus dedos.
Él tiene la mirada siempre fija y el torso no demasiado marcado.
Tiene una constelación entera de pecas repartidas por todo el cuerpo, el lunar más sexy del mundo coronando lo que ahora considero mi tesoro.
La espalda ancha, definida, aunque no demasiado musculada. En el punto idóneo.
Sus manos son secas, pálidas, frías.. aunque vendería mi alma por verlas acariciar mi espalda a cada alba.
Adoro aferrarme fuerte a su pelo cuando hacemos el amor, observar la manera en que cierra los ojos y me rodea con sus brazos cada vez que le digo bajito que le quiero, mientras le beso el pecho, como siempre hago, como siempre haría.
Y ahora que estoy aquí, con Destiny Of Love de fondo y sin más ruido que el de las teclas del ordenador escribiendo por una vez puro, me gustaría que me dijeras una vez más que soy la única, que tus manos solo componen canciones pensando en las mías, que entre el sonido del piano y el de mis besos rodeando tu ombligo existe el símil más bonito jamás inventado, y que los años guardarán la historia del castillo que comenzó siendo simple asfalto y que ahora podría considerarse nuestro pequeño y cálido hogar.